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Arquitectos: Fragmentos
- Área: 10520 m²
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Fotografías:Fernando Guerra | FG+SG
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La intervención dio nueva vida a este antiguo complejo, compuesto por tres volúmenes aislados, promoviendo la dinamización de la vida urbana y la recualificación de una zona de la ciudad en transformación.
Situado en Bonfim, en Oporto, el objetivo de la intervención era la recuperación y reconversión de un terreno baldío que albergaba una antigua fábrica de materiales de construcción en un proyecto mixto de vivienda y servicios, manteniendo la memoria de la construcción original.
La entrada principal, peatonal y rodada, es por la Rua António Granjo. Esta fachada contiene el edificio de 16 viviendas plurifamiliares y una residencia de estudiantes, en la que destaca la zona de recepción. La continuación de la residencia de estudiantes se desarrolla en el interior del bloque, distribuida en los distintos volúmenes y con un total de 212 habitaciones.
Se han mantenido los aspectos originales de la fachada principal que da a la Rua António Granjo, con la recuperación y reproducción de elementos constructivos y detalles característicos del antiguo uso industrial. La tercera planta, integrada en el tejado, tiene un lenguaje más contemporáneo, marcado por el uso de mansardas revestidas de zinc, del mismo color que los marcos de las ventanas exteriores. Esta coexistencia no crea un contraste, sino que destaca la complementariedad y la integración de todos estos elementos entre sí y con el entorno, añadiendo contemporaneidad.
A pesar de la distinción de usos, el proyecto se enfrentó a un lenguaje unitario que pretendía unir las preexistencias entre sí, reforzando la identidad del lugar. La chimenea industrial existente se mantuvo y recuperó como elemento estético y de memoria del pasado, convirtiéndose en elemento central del carácter del espacio.
La generosa altura del techo de los antiguos almacenes permitió crear dos plantas de viviendas e insertar otra planta integrada en el tejado. La introducción de vacíos permitió crear patios, que aportan luz natural a las distintas viviendas y crean un ambiente de vecindad entre las personas que acuden a habitar estos espacios. El perfil de los tejados industriales, tan particular del diseño industrial, se mantuvo incluso en estos vacíos.
Además de los patios, el tamaño de la parcela permitió crear una amplia zona exterior común, con áreas pavimentadas y césped. Para los arreglos exteriores se utilizaron algunas de las especies arbóreas existentes, como naranjos, hayas o álamos, realzando el verdor típico de los espacios exteriores de Oporto, así como la piedra existente in situ para la creación de muros interiores aplicados a las zonas de asientos exteriores.